Viajar en ferrocarril en México era una fiesta. Abordo de los coches sucedía lo insospechado: era un lugar lúdico, pero también se podía dormir, enamorarse, cantar, ver a niños correr, tomar una copa en el bar o retratarse en el coche comedor. En el tren se interactuaba, se intercambian ideas, sentimientos, secretos, remedios para cólicos o dolor de cabeza, recetas de cocina; se cruzaban miradas, se hacían amigos de viaje, de esos que probablemente no se vuelven a ver. Viajar en ferrocarril se fijó en el corazón de muchas generaciones de mexicanos.
Visítala del 28 de enero al 3 de junio
Coche exprés de la fotografía 12178 / 3er. Andén
Lunes a domingos de 9:00 a 17:00 horas
Entrada general $12.00
Domingos entrada libre
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