Hace poco más de treinta años Japón daba a luz una nueva concepción de la danza contemporánea. Una estética de vanguardia que nacía en un territorio impreciso entre Oriente y Occidente, entre la materia y el alma, entre el mundo del sueño y el ensueño: el Butoh o danza de las tinieblas.
Esta corriente artística que crearon e impulsaron los maestros japonesesTatsumi Hijikata y Kazuo Ohno en la década del sesenta busca romper con modelos establecidos o estereotipos, con una poética que se caracteriza por ser portadora de una profunda filosofía de vida, que pone por sobre todas las cosas la esencia del ser humano y su necesidad de expresión.
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